martes, 3 de abril de 2012

(Joseph Stiglitz) La captura del BCE



Nada ilustra mejor las contracorrientes políticas, los intereses especiales y las miopes decisiones económicas que afectan a Europa hoy día que el debate sobre la reestructuración de la deuda pública griega. Alemania insiste en una profunda reestructuración –un «recorte» de al menos el 50% para los acreedores– mientras que el Banco Central Europeo insiste en que las reestructuraciones de deuda deben ser voluntarias.

Por: Joseph Stiglitz / Project Syndicate

En los viejos tiempos –piensen en la crisis de la deuda latinoamericana de 1980– uno reuniría a los acreedores –grandes bancos en su mayoría– en una sala pequeña y negociaría un acuerdo, con una dosis de engatusamientos, o incluso presiones por parte de los gobiernos y los reguladores, ansiosos por recuperar rápidamente la estabilidad. Pero, con la llegada de la titularización de la deuda, los acreedores son ahora mucho más numerosos, e incluyen a fondos de cobertura y otros inversores sobre quienes los reguladores y gobiernos tienen poca influencia. PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO HAGA CLICK AQUI

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