HOMENAJE A
FRANCISCO MOSQUERA
El 1° de agosto de 1994, sobre las 17.50 p.m., dejó de existir el más
grande pensador del proletariado colombiano. Su deceso dejó un profundo vacío
en la liza por construir una corriente opuesta a los desvaríos oportunistas del
Partido Comunista Colombiano y a los “iluminados “alfiles de la
extrema-izquierda.
Pacho, como lo llamábamos los moiristas, planteó en l965 la necesidad
de construir en Colombia un auténtico partido del proletariado, guiado por el
marxismo–leninismo. En septiembre de 1969 fundó el MOIR como una tendencia del
sindicalismo independiente; en 1970 convocó y realizó en Cachipay el pleno del
Comité Central del MOEC, que dio origen al partido en su nueva etapa, donde se
aprobaron los estatutos y el programa estratégico que define la revolución
colombiana como una transformación en lo económico de carácter democrático
burgués. Por vez primera en Colombia, basándose en el estudio de la historia
nacional, un partido afirmaba con claridad y valor, el papel de la burguesía
nacional en la lucha por convertir la nación en un país desarrollado y la
importancia de un frente único dirigido por el proletariado colombiano.
Pacho Mosquera alineó nuestro partido a nivel internacional en el
campo de la denuncia y el combate contra la URSS y la Cuba castrista. En 1968
orientó a los pocos militantes de la incipiente organización en el rechazo a la invasión de las fuerzas armadas
del Pacto de Varsovia a Checoeslovaquia. En 1975 el Moir se opuso a la invasión
efectuada por mercenarios cubanos a Angola y fuimos el único partido que se
opuso en Colombia a la invasión de las tropas soviéticas a Afganistán,
realizada al amanecer del 27 de diciembre de 1979. En 1980 se opuso a ingresar
al frente de izquierda denominado FIRMES,
dirigido por el oportunista Enrique Santos Calderón y el Partido Comunista.
El MOIR, bajo su conducción y orientación, nunca transigió con el
terrorismo y el aventurerismo de los anarquistas criollos. Esta indomeñable
posición le costó al partido el asesinato
de nuestros dirigentes Eduardo Rolón,
Aidée Osorio, Raúl Ramírez y varios dirigentes campesinos fusilados por
las balas asesinas de las Farc, quienes cometieron el vil acto aupados por el
silencio cómplice del Partido Comunista Colombiano, ideólogo de la “combinación
de las distintas formas de lucha“, táctica oportunista aprobada en el 9º
Congreso de dicha organización política, en 1961.
Francisco Mosquera aclaró y sistematizó los daños que habría de causar
a la producción nacional y al desarrollo
del país la “apertura económica”
impuesta por César Gaviria y alertó sobre los Tratados de Libre Comercio
que se firmarían con las potencias económicas. Pacho fue finalmente el más
grande dirigente del proletariado en América Latina durante el siglo XX. Sus
enseñanzas hoy atraviesan las dificultades producidas por la traición de los
Valencia y compañía, pero su ejemplo y legado constituyen un tesoro invaluable
en la lucha por hacer de Colombia una nación próspera y democrática.
El Movimiento Nueva Democracia Moirista levanta enhiesta la bandera de
sus principios y legado y continuará batallando por seguir su ejemplo y no cejará en el esfuerzo de unirse con todas
las fuerzas políticas que tengan como propósito hacer de Colombia una nación
digna y soberana.
¿PRODUCCIÓN AGRARIA CAPITALISTA O LA TIERRA PARA EL QUE
LA TRABAJA?
Los moiristas del Movimiento Nueva Democracia, y el viejo MOIR,
dirigido y orientado por Francisco Mosquera, venimos esperando desde hace más
de cuatro décadas que los terroristas de las Farc y demás grupos armados
decidan renunciar, sin exuberantes exigencias, a los métodos que no sólo han conducido a confundir a los trabajadores
en sus luchas por mejores reivindicaciones, sino que abandonen el saboteo al
desarrollo productivo de la nación. Sesenta años de “guerra revolucionaria” han
llevado al desprestigio a las organizaciones del pueblo que anhelamos jugar un
papel en el combate por construir una auténtica democracia, defender la
producción y por que se suspendan
definitivamente las ventajas para quienes portando armas, pretenden imponer sus
obcecadas apetencias, así éstas, en vez de jugar un papel promisorio para el
país y bautizadas con remoquetes ultra revolucionarios, se constituyan en un
regreso al pasado y por tanto al atraso en las relaciones económicas de
producción.
Acuerdo sobre el
primer punto: tema agrario.
El gobierno de Juan Manuel Santos
y las Farc anunciaron el 26 de
Mayo pasado que habían llegado a un acuerdo sobre el primer punto: "Hacia
un nuevo campo colombiano. Reforma Rural Integral". El texto sobre tan
delicado asunto no ha sido dado a conocer y no existe. Aunque consideramos que
con los grupos terroristas no debe discutirse la agenda nacional y el derrotero
del país, nos vamos a ocupar en este análisis fundamentalmente de este punto
por las expectativas que ha creado para los trabajadores del campo.
Además de los enunciados sobre
" desarrollo social, salud, educación, vivienda, erradicación de la
pobreza"...."estímulo a la producción agropecuaria y a la economía
solidaria y cooperativa"... y el
sinnúmero de palabrería sobre el desarrollo del sector agrario, al escudriñar
el " llamado acuerdo" se infiere del trasfondo que los farianos representantes de una
tendencia atrasada en el país, orientada por el Partido Comunista de Colombia,
lo que pretenden es retrotraer las
relaciones económicas en el campo a aquellas que estaban vigentes a
principios del siglo XX. La esencia del
asunto en consecuencia son las Zonas de Reserva Campesina, creadas a partir de
la Ley 160 de 1994. En la actualidad existen en el territorio nacional seis (6) Zonas de Reserva Campesina, todas en territorios de influencia de las Farc.
Entre lo no acordado está lo relacionado con la creación de nuevas Zonas, ya
que según el Sr. Catatumbo en entrevista
dada a la revista Semana, el gobierno
ofrece 3 millones de hectáreas y
las Farc exigen 9 millones para la
creación de nuevas UAF. He ahí el quid
del asunto. Las Farc, expertas en
amenazas y chantaje tendrían el dominio de las zonas
que convertirían en republiquetas independientes, mucho más ahora que han
manifestado que en las negociaciones no está previsto que ellos deban hacer
entrega de las armas. Y no olvidemos que
son los mayores poseedores de siembra de coca y el más grande cartel en estas latitudes.
Pero ¿por qué sostenemos que es atrasada y retardataria la negociación
en cuanto al primer punto se refiere? ¿Por simple negativa a la negociación de la agenda nacional o por
nuestra contradicción con el terrorismo? ¿Por antisantistas o por enemigos de
la Paz? ¿Por fascistas, como acusan los mamertos y la extrema izquierda a Uribe y a José Obdulio Gaviria, o por agentes de la CIA como se nos
acusó a nosotros en el pasado? Esa no es
la escuela de la ciencia que nos enseñó Mosquera; los hechos son tozudos y al final sólo cruzarán el Rubicón quienes persistan en la
verdad. Aquí de lo que se trata es que la contradicción principal en el
campo cambió desde hace más de tres décadas con la "apertura económica"
establecida como guía para el "desarrollo" nacional" por el
gobierno de César Gaviria y con la política neoliberal que puso en venta las
empresas del estado, eliminó los aranceles, creó facilidades inaceptables para
los capitales extranjeros y
finalmente, llegó a la firma de Tratados de Libre Comercio con las
potencias de Europa y Estados Unidos, sin tener en cuenta que los países
altamente industrializados tienen
reservas de superproducción,
mientras que naciones como la nuestra carecen no sólo de excedentes,
sino que está constreñida, ya que la tecnología y los insumos para la
producción debemos importarlos a precios elevadísimos. Lo que hace más gravosa la situación para
Colombia es la eliminación de los auxilios para la producción agropecuaria,
mientras los países avanzados otorgan grandes beneficios y auxilios a los
productores de sus respectivas naciones, lo que les da ventajas inalcanzables en la competencia.
Defendamos la
producción capitalista.
Hacer caso omiso de las protestas de los ganaderos, avicultores,
productores de leche, cafeteros, cacaoteros, arroceros, algodoneros, cebolleros, paperos y demás sectores de los gremios
productores del campo, es de por sí una infamia. Quienes se han atrevido a invertir en las
actividades agrícolas desde hace más de un siglo, merecen conjuntamente con los
voceros de las organizaciones campesinas ocupar el lugar de únicos
interlocutores ante el gobierno para trazar un plan conjunto, financiado por
éste, que atienda con rapidez el desarrollo de la infraestructura nacional y la
creación de aranceles para las importaciones y subsidiar la producción
nacional. Colombia no sólo debe preocuparse por desarrollar la industria
nacional, como principal e inmodificable vía histórica para el desarrollo, sino
que debe procurarse su soberanía alimentaria. Una nación que depende de la
importación de alimentos para su subsistencia está condenada a la esclavitud.
Afirmar que las Farc son un grupo narco-terrorista es una verdad de
Perogrullo. Pero el asunto es mucho más grave pues quienes alardean con su
vocinglería sobre la
"revolución" y el desarrollo,
han utilizado métodos que corresponden a épocas antiquísimas de la humanidad.
Cuando apareció el capitalismo en Inglaterra, los obreros para contrarrestar el desempleo se
iniciaron destruyendo las máquinas, hasta que la experiencia y el conocimiento
científico les enseñó que el desarrollo de las fuerzas productivas permitía, no
sólo el nacimiento del proletariado moderno sino su aparición como clase
productora y revolucionaria. El terrorismo y el anarquismo pertenecen, aunque
resurja de tanto en tanto, a esa especie de métodos superados por la
civilización y la contienda de las ideas. Las farc defienden la soberanía
nacional, pero de los Estados Unidos, porque ellos cuando fueron punta de lanza en Colombia financiados por el avance soviético, pretendían someter el país a 500 años de
oscuridad sirviendo al amo
"socialista". Las Farc
y su jefe político, el partido Comunista, defienden el socialismo cubano que
tiene como columna vertebral la dictadura de los Castro, y que durante 54 años
de revolución no ha cimentado su porvenir desarrollando la producción sino
recibiendo los auxilios "patrióticos” de su amo ruso y ahora, de los petrodólares de la
desorientada Venezuela. Aquí no se trata de anti cubanismo barato y
oscurantista. Para defender el progreso de Colombia hay que derrotar las ideas
de los "mamertos", la
extrema-izquierda y los charlatanes parlamentarios que representan el nuevo
"moirismo” y que haciéndose pasar por estudiosos afinan sus teorías para
airear la vieja cantaleta de Gilberto
Vieira. He ahí el eslabón principal de
la cadena.
Las negociaciones de La Habana continúan en el escenario del principal
centro del terrorismo latinoamericano. Allí se entrenaron "combatientes”
de las farc, eln, epl, M-19 y todos los ejemplares del circo estridente de la
"izquierda” colombiana. Ahora Maduro arremete contra Santos porque recibió
a Capriles para apaciguar el escándalo
producido por el fraude electoral; conspira contra Colombia pretextando que
desde Bogotá se teje el plan para asesinarlo a él y a su adversario Diosdado
Cabello y chantajea a Juan Manuel retirando a Roy Chaderton de la mesa de
negociaciones de Cuba. Las Farc respaldan a Venezuela y la orquesta del
Socialismo del siglo XXI ensordece el escenario de América Latina que guarda
silencio por los dólares de los venezolanos, que no alcanzan para abastecer las
tiendas de papel higiénico, pero sí para que Bolivia compre aviones y la Sra.
Kirchner amaine la ira del pueblo contra una economía que se deshace con el 25%
de inflación. Toda esta sumisión, por un
puñado de dólares.
Finalmente, las Farc piden Constituyente para continuar las
deliberaciones y ponen al desnudo su vieja treta de dilatar para fortalecerse.
En Cuba no habrá firma de la paz y como cuándo nos opusimos a la farsa de la
paz belisariana y pastranista, la paz será la continuación del terrorismo. La izquierda se lamentará, desde el PDA hasta
los progresistas y los liberales "demócratas" le caerán al presidente y éste se descargará
en Uribe. Las aguas marinas y el
descanso en Varadero los dotará de mejores condiciones para continuar
secuestrando, asesinando, dinamitando
oleoductos y vendiendo coca. A nosotros se nos seguirá motejando de agentes de la CIA pero no de "idiotas
´útiles".
En el entreacto nosotros continuaremos respaldando la batalla liderada
por el expresidente Álvaro Uribe y el
Centro Democrático contra el terrorismo y contra las negociaciones de la agenda
nacional con las Farc; nos seguiremos oponiendo a la impunidad en cuanto a la
participación política de los farianos, defenderemos las víctimas del
terrorismo de los farianos, elenos y paramilitares. Uribe, al contrario de la
cantaleta izquierdista sobre la
soberanía nacional, ha puesto en el caso del fallo de la Corte Internacional de
La Haya el dedo en la llaga al reclamar que los colombianos optemos por
desacatarlo, orientación patriótica para la defensa de la integridad
territorial y que ahora con el canal
Nicaragüense cobra más vigencia en defensa
de la seguridad continental ante la arremetida del castrismo.
"El valor es
hálito vital de toda empresa desbrozadora del progreso del hombre".
(Francisco Mosquera).
¡MOIRISTAS Y
COLOMBIANOS...............PONGÁMOSLO A PRUEBA!
MOVIMIENTO NUEVA DEMOCRACIA MOIRISTA
Comité
Ejecutivo Central
Carlos Valverde Rojas
Secretario General
Bogotá Junio 27 de
2013
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