viernes, 9 de noviembre de 2012

   EL DILEMA NO ES GUERRA O PAZ
 
 
“Atravesamos un período histórico en el cual la inversión de valores parece ser el sello característico. Quienes pontifican sobre la revolución reviven con sus actos arbitrarios los crueles expedientes propios de la época colonial, y quienes siguen fieles a las formas civilizadas de la organización social burguesa pueden aún hacer valiosos aportes a la grandeza del país “(Francisco Mosquera, Resistencia civil, pág. 389)

El 18 de octubre del 2012, desde la ciudad de Oslo (Noruega), los negociadores del gobierno y de las Farc anunciaron el inicio de las conversaciones que permitan la reinserción del grupo terrorista a la vida política del país. El Presidente Juan Manuel Santos ha expresado categóricamente que el acuerdo debe lograrse en un periodo relativamente corto y que debe tenerse en cuenta, para no caer en los mismos errores, las experiencias negativas del pasado. Esto desde ya es una falacia, en tanto que lo primordial para tener en cuenta es la situación actual en que se mueven las Farc, su poderío económico fruto del narcotráfico que según el propio Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, representa 7.000 millones de dólares anuales y  el hecho trascendental que le permite grandes ventajas: tener como retaguardia geográfica al territorio  de Venezuela.

Durante las negociaciones de paz con el gobierno de Belisario Betancur, las Farc eran un bastión del expansionismo Soviético, que aunque aparentaba fortaleza y había iniciado desde 1975 su ofensiva militar a través de la invasión de Angola utilizando los mercenarios cubanos, en América solo contaba con Nicaragua, ya que Granada había sido rescatada por los Estados Unidos en un acto demostrativo de su poderío continental. La desaparición de la URSS como potencia a finales de los ochenta, es un caso singular en la historia de la humanidad. El segundo fracaso ocurrió durante las negociaciones entre Pastrana y las Farc. Los 42.000 kilómetros del Caguán no les sirvieron a los terroristas sino  para burlarse de la nación y acrecentar sus bandas armadas.

El presidente Álvaro Uribe, quien dirigió el país durante dos cuatrienios entre el 2002 y el 7 de agosto del 2010,  privilegio la ofensiva militar contra los terroristas y les propino duros y certeros golpes en su accionar y en cierto sentido los arrincono y logro que el mundo entero calificara a los sediciosos como terroristas;  poniendo en práctica una política de seguridad en defensa del estado.

En Colombia, el Partido Comunista se inventó la “combinación de las distintas formas de lucha”. Gilberto Vieira, durante varios decenios jefe de ese partido, expreso lo siguiente: La política de sostener que  la lucha armada es indispensable en Colombia – ha sido la posición real y original del Partido Comunista Colombiano. Pero que tiene que ser una expresión de las necesidades de las masas, no se puede imponer artificialmente. Por eso nuestra contribución a la famosa polémica es una contribución creadora, derivada de la práctica. Hoy en día, el hecho real es que el Partido Comunista participa en la lucha armada, tiene una organización, las Farc, y cree que este movimiento tiene perspectivas de crecimiento y desarrollo.(Colombia tres vías a la revolución, pág. 57). Esta táctica por novedosa no deja de ser extremo- izquierdista, le ha traído grandes dolores de cabeza a la nación y ha impedido el fortalecimiento de una corriente patriótica por la que tanto batalló Mosquera.
 
LA NEGOCIACION DE SANTOS CON LAS FARC.
 

Los moiristas en general y los integrantes del MOVIMIENTO NUEVA DEMOCRACIA MOIRISTA, en particular, tenemos un legado histórico por defender. El acierto en la interpretación sobre  los asuntos de la paz fue asumido por el moirismo con la profundidad y la responsabilidad que se requerían para defender el futuro de Colombia. Que no se crea que recurrimos a el sacando las formulas como de un catecismo, sino que las tomamos como una guía para nuestra acción y para una correcta interpretación del momento actual.

Nosotros nos oponemos a las actuales negociaciones. Siempre hemos sostenido que a la clase obrera y al pueblo en general, y en particular al sector productivo, nos interesa sobremanera que se depongan unos métodos que como los de la extrema izquierda y el mamertismo se asimilan a los del hampa. El M19 y el EPL se reinsertaron a la vida civil después del holocausto del Palacio de Justicia  ante las derrotas que le habían propinado las Fuerzas Armadas de la nación.

Nos oponemos a la negociación no por guerreristas, sino en defensa del principio de que los grupos insurrectos no pueden ser beneficiados con una agenda que va desde la “discusión de la política agraria” hasta las prebendas que exigen para participar en política. No compartimos tampoco la presencia de ex generales de la Republica en la Comisión Negociadora del gobierno, porque ella desvirtúa el papel de las Fuerzas Armadas.  Basta recordarle al Presidente Santos los preceptos que en tan espinoso asunto defendiera Alberto Lleras Camargo, un esclarecido jefe de su antiguo partido: Es grave que un antiguo ministro de guerra proclame que los militares deben deliberar, porque cuando se está al frente de una compañía de tanques, no se delibera, sino que se dispara contra el argumento contrario, y porque aceptada la tesis de la deliberación, verticalmente, los soldados deliberarán y no obedecerán cada vez que reciban una orden, y así ocurría con los tenientes, los capitanes, los coroneles, hasta con los generales que recibían el encargo de guardar el orden proveniente del poder civil “. Mas claro no canta un gallo.
 

NI CASTRO NI CHAVEZ           

 La mamerteria colombiana y la extrema izquierda están de plácemes. El Presidente Juan Manuel Santos ha ofrecido a las Farc otorgarles  ventajas, para que si es del caso pongan a prueba sus “ideas” y se allanen a la toma del poder por la vía electoral. Los colombianos que no tenemos metidas las manos entre los ajetreos de los linces del capital financiero, mucho nos tememos que los grandes capitales de las Farc quieran ser administrados por los amigos del presidente Santos; sin descartar la ambición de sectores económicos de los Estados Unidos que una vez enviaron al Caguán al Presidente de la Bolsa de Valores de New York, Richard Grasso, para hablar con las Farc sobre sus posibles inversiones. A ellos poco o nada les importa, distinto a los negocios, la suerte de Colombia.

Nosotros nos oponemos al modelo castro- chavista. El socialismo de Cuba no produjo en mas de cincuenta años de revolución el pleno desarrollo de las fuerzas productivas y solo derivo en una dictadura fascistoide para oprimir a los cubanos y colocarlos como mercenarios en la década del setenta del siglo pasado al servicio de la URSS, en contraprestación a los mendrugos que la camarilla castrista recibía de los caricaturescos nuevos zares. En el presente se alborotan al lado del jefe del socialismo del siglo XXI, alargando la mano para recibir las dádivas de Chávez, quien recibe grandes ganancias obtenidas por el alto precio del petróleo en el mercado internacional y quien ejerce una dictadura burocrático-militar, legalizada por intermedio de unas elecciones amañadas , aplicando el viejo principio de que: “quien escruta elige”.

 APOYEMOS A  ALVARO URIBE

El expresidente Álvaro Uribe Vélez, en su intervención ante la Asamblea del Partido de la U, pronunciada el 28 de octubre pasado afirmó:” Si las Farc es consecuente con el discurso de Oslo, la negociación implicaría que el gobierno dé paso al modelo Castro Chavista. Si el gobierno lo rechaza, como debería ser, la negociación se rompe. Hay varios elementos que pueden traer a Colombia muchas perdidas: Haber descuidado la seguridad; habilitar al terrorismo como oposición política; hacer un acuerdo con impunidad o permitir el modelo Castro Chavista; y finalmente, entrar en la incertidumbre en un país que había definido un horizonte de certeza. Si el discurso de Oslo era para la galería, puede ser que Chávez indique a las Farc que negocie, firme un acuerdo para aprovechar la amplia impunidad ofrecida, y que a renglón seguido, él ayudará a financiar las elecciones para la toma del poder con la Marcha Patriótica”.


El Movimiento Nueva Democracia Moirista comparte plenamente el análisis y el pronóstico anterior del expresidente Álvaro Uribe. Lo que esta en juego no es de poca monta; la Republica fundada por Bolívar y Santander en el congreso de Cúcuta de 1821 se enfrenta 191 años después a la arremetida económica, política y territorial del payaso de Venezuela, acompañado de sus ideólogos, los hermanos Castro.

UNIDAD PARA SALVAR  LA PATRIA

EL Partido Comunista, las sectas de izquierda, las Farc y la Marcha Patriótica pretenden llevarnos a una encerrona. La actitud del Polo es de complicidad y ya varios de sus dirigentes han escrito sobre la importancia de inscribir dicha organización en el socialismo siglo XXI; incluyendo al grupo del senador culebrero, que tiene recetas para todos los males pero calla por una cuestión cicatera y electorera frente a la arremetida contra el país y eso que, por razones jurídicas ostentan el nombre de la organización que fundara Mosquera, no para ejercer de bufones o de cretinos parlamentarios, sino para defender la integridad nacional de los poderes extranjeros.

Los integrantes de Nueva Democracia Moirista nos alinderamos al lado de Álvaro Uribe Vélez en esta disyuntiva para la Patria. Los moiristas- mosqueristas tenemos un compromiso histórico por saldar. Solo un torrente gigantesco de hombres y mujeres de las diversas corrientes políticas, sociales, religiosas, militares, intelectuales, dirigentes del sector productivo, obreros y campesinos podemos derrotar la noche negra que amenaza la soberanía y la dignidad nacional. 

 

MOVIMIENTO NUEVA DEMOCRACIA MOIRISTA

Comité Ejecutivo Central
Carlos Valverde
Secretario General

 

 

Bogotá, 7 de Noviembre de 2012

1 comentario:

  1. Señor que caldo y mezcla tan absurda ha realizado con su incoherente planteamiento, parece otro truco de alvaro uribe para desviar la oposición y hacer creer a los incautos que lo apoyan.

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